GRAMO.

Día de Aniversario.

Hace un par de meses, mi novio y yo decidimos ir a desayunar a un lugar ubicado sobre Avenida de los Jinetes, semi desconocido para nosotros ya que a pesar de ser de vivir por esta zona jamás nos habíamos atrevido a salir de nuestra zona de confort sateluca, a menos que fuera la Roma, Polanco o lugares afines.

Ese día era nuestro aniversario, pero no podía alejarme tanto de la zona ya que como buen adulto “responsable” tenía que entrar a trabajar, así que decidimos ir a conocer ese pequeño lugar al cual los diferentes clientes lo ubican como un lugar salido de Pinterest y no es broma, los adornos están tan perfectamente colocados y tiene ese aire onírico que te remonta a un lugar completamente diferente.

Al entrar al local que pasa casi imperceptible ya que está en la parte superior de una gran tienda de café, entras y se ven esas pequeñas mesas blancas de madera con mini masetas de contienen lavanda o flores que hacen sacar tu lado más femenino, no es de sorprender que la clientela a las 10-11 am sean señoras de zonas aledañas que discuten sobre quién tiene la camioneta más grande, los hijos más educados (yo diría que los más berrinchudos), si su esposo gana más, si x amiga se ve más fea o más gorda, etc.

Decidimos sentarnos en la parte posterior del restaurante, ya que la decoración estaba más cursi y según nosotros había menos gente, hasta que vimos llegar a dos grupitos de señoras como las que comenté previamente.

Aún así, no dejamos que eso interrumpiera nuestro día romántico. Llegó un mesero de aproximadamente 17 años súper amable, que de entrada nos ofreció café o té y los sirvió en unas tazas súper coquetas, ya que vimos el menú que es corto (lo cual agradezco, porque a veces con tantas opciones terminas confundiéndote y quieres todo) ofrece opciones dulces (waffles en diversas presentaciones) y saladas (foccacias, huevo, chilaquiles, etc).

Por supuesto que yo me dejé llevar por la opción dulce y pedí los waffles belgas y mi novio optó por la opción salada una foccacia de jamón serrano con huevo y papitas para acompañar.

Para mí, fue un gran deleite, los waffles estaban en ese punto exacto de firmeza, ese sabor tan penetrante de la miel de maple, la cantidad suficiente de crema batida acompañada de frutos rojos, cada bocado me parecían más y más ricos. Y con la variedad de tés que tienen, algunos muy básicos y otros bastante exóticos (yo pedí de piña colada) acompañó perfecto mi desayuno.

En cambio la opción salada era una cosa impresionante, el pan de la foccacia estaba súper rico, crujiente y a la vez suave, el huevo estrellado perfectamente cocinado (hasta sientes como se revienta la yema al morderlo) y con ese toque de jamón serrano que le da el punch al desayuno.

Mi experiencia ha sido únicamente en la mañana y quiero volver porque hay muchas cosas más de ese lugar que quiero probar.

Los desayunos incluyen café o té, jugo o fruta y el desayuno. El precio por dos personas fue aproximadamente de $250 y por ese precio, calidad de alimentos y atención seguro que regreso.

Si estás de paso en la zona o si vives por aquí, te lo recomiendo ampliamente para desayunar, comer o incluso cenar.